La moda, como la historia es cíclica. Hoy en día las calles, pasarelas y principalmente redes sociales reaparece un fenómeno del pasado que vuelve a instalarse con fuerza: la estética de los años 90. Con una mezcla de rebeldía, minimalismo funcional y un toque de actitud, esta década ha regresado reinterpretada y adaptada a los códigos de una nueva generación.
Una de las piezas clave en este regreso noventero son las prendas oversize que recuperan el estilo que popularizó con la explosión del hip hop, el grunge y los primeros pasos del streetwear como movimiento cultural. Un imprescindible en este revival es el calzado con siluetas robustas —conocidas como chunky— las cuales dominaron la época y hoy están de regreso con nuevas plataformas. Y ahí es donde Birkenstock retoma protagonismo en la escena a través de uno de sus modelos clásicos: Florida, ahora acondicionado con un diseño que integra una plataforma.
Florida de Birkenstock es uno de sus modelos más icónicos, si bien no hay una fecha exacta sobre su lanzamiento, se estima que surgió en la década de los 90, cuando la marca expandió su gama de sandalias con tiras más anchas y diseños más ergonómicos. Caracterizándose por sus dos tiras ajustables (una en los dedos y otra en el empeine) su suela anatómica, típica de la marca. Se convirtió en un éxito gracias a su comodidad y silueta minimalista, popularizándose como un básico entre la moda casual y urbana.
Por muchos años, el modelo Florida así como su hermano – el clásico Arizona- mantuvieron el apodo noventero del «ugly chic», sandalias que pasaron de ser calzado práctico a íconos de lujo, adoptadas ahora por generaciones como la Gen Z que valoran la esencia normcore, arropando estas tendencias con una perspectiva centrada en el consumo sostenible que ofrecen firmas como Birkenstock y sobre todo, enfocada en la comodidad como la prioridad.
De tal modo que el regreso de los 90s refleja un ciclo donde la moda rescata lo auténtico para darle nuevo significado sin tratarse no sólo de nostalgia, sino de cómo esos códigos —libertad, funcionalidad y atrevimiento— convergen con los valores actuales. En un mundo hiperdigital, la moda de los 90 nos recuerda que, a veces, volver al pasado es la mejor forma de avanzar.