Un diagnóstico oportuno, monitoreo adecuado y la medicación correcta son factores clave en el pronóstico y curación del cáncer infantil y en particular de la leucemia, por lo que es importante que los padres de familia conozcan los principales indicadores de las neoplasias en los niños.
En el Día Internacional del Cáncer Infantil, que se conmemora este 15 de febrero, vale la pena recordar que el cáncer infantil comprende diferentes tumores. Los más comunes en la población pediátrica son la leucemia, el cáncer cerebral, el linfoma y los tumores sólidos como el neuroblastoma y el tumor de Wilms[1].
“La leucemia es el cáncer más frecuente en los niños y puede ser curable si se detecta a tiempo. El término se usa para describir los cánceres de las células sanguíneas llamadas leucocitos o glóbulos blancos. El tipo de leucemia depende del tipo de glóbulo que se convierte en cáncer y de si crece de forma rápida (leucemia aguda) o lenta (leucemia crónica). La leucemia aguda es el cáncer más común en niños menores de 15 años”, dijo el doctor Rodrigo Pestana Lopes, doctor en Biología Celular y Molecular y líder para Asuntos Médicos y Científicos para Latinoamérica en Becton Dickinson (BD).
En México el cáncer es la principal causa de muerte por enfermedad entre niños y jòvenes entre 5 y 14 años, con más de 2,000 fallecimientos anuales[2]. Según el Registro de Cáncer en Niños y Adolescentes (RCNA) la leucemia es la neoplasia más frecuente con una prevalencia de 48%; seguida de los linfomas (12%) y de los tumores del Sistema Nervioso Central (9%)[3].
Pese a los avances médicos, las causas de la leucemia siguen siendo desconocidas; aunqueppppppp, se cree que influye haber recibido tratamientos oncológicos previos, la exposición a ciertas sustancias químicas/humo del tabaco y tener antecedentes familiares de la enfermedad[4].
Los síntomas incluyen sueño y cansancio, dolor de cabeza, mareos o aturdimiento, pérdida del equilibrio, cambios en el comportamiento, dificultad para respirar, piel más pálida, infecciones recurrentes, fiebre sin motivo, moretones y sangrados anormales, sangrados nasales frecuentes o severos, dolor de huesos o articulaciones, crecimiento del abdomen (vientre), pérdida de apetito y de peso, hinchazón de cara y brazos, y ganglios linfáticos inflamados[5].
El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre, biopsia de la médula ósea/ganglios linfáticos, punción lumbar, pruebas cromosómicas y/o pruebas de imagen. También se realiza la citometría de flujo, que bajo procesos estandarizados permite analizar un gran número de células y diferenciar las de tipo canceroso de las células normales, al tiempo que aporta información del inmunofenotipo. Esto ayuda a la caracterización de las células malignas y marca la pauta para un diagnóstico más preciso y, con ello, un tratamiento más certero[6].
Actualmente, la citometría de flujo se realiza en los principales hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS), como el Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
“El cáncer puede ser curable si se detecta a tiempo, pero hay factores que pueden complicar la recuperación de los niños, como no tener un diagnóstico preciso, la falta de acceso o el abandono del tratamiento, los efectos secundarios de algunas terapias y no tener un seguimiento o monitoreo adecuados”, añadió Pestana Lopes.
Es importante mencionar que, del 3 al 5 de marzo de 2022, se realizará en formato virtual el I Congreso Internacional de Hematología Pediátrica (www.congresohp2022.com). Es convocado por el Comité Organizador de Hematólogos Pediatras y su objetivo es de actualización médica continua para profesionales de la salud.
“Contaremos con un foro académico para profesionales interesados en los trastornos hematológicos del paciente pediátrico. El programa científico pone en el centro a los niños y adolescentes con leucemia en un mundo global, la aplicación clínica de la medicina personalizada, el trasplante de progenitores hematopoyéticos en leucemia y anemias congénitas, los cuidados paliativos y los avances en los tratamientos, entre otros temas”, dijo la doctora Mónica Lozano Garcidueñas, coordinadora general del Congreso.
Finalmente, Pestana Lopes dijo que BD exhorta a las personas a informarse -con la guía de los médicos- sobre el impacto de las neoplasias, su manifestación clínica, la forma de detección y los diferentes abordajes terapéuticos.
“En BD estamos comprometidos con la salud de las personas. La información es una herramienta importante para tomar decisiones conjuntas con los médicos para seguir impulsando el mundo de la salud”, añadió Pestana Lopes.
De acuerdo con los registros del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (CeNSIA), en México la supervivencia global estimada a cinco años para todos los tipos de cáncer en menores de edad en Unidades Médicas Acreditadas (UMA) para la atención de esta enfermedad, es del 56%. En los países desarrollados el indicador está en 80%. www.bd.com/es-mx.